jueves, noviembre 30, 2006
La opacidad necesaria
Sentada entre las sombras
estuve inyectando veneno con una aguja tamaño detalle
deseando qué? deseando a otro
ahora sólo me queda la sensación vomitiva del canivalismo
después de haber estado devorando, descuartizando mi propio
cuerpo de dos
Me meto en una panadería para no sentirme tan perversa
el pan es bueno
el pan sólo es bueno
me rodeo de pan
con la esperanza de que me transforme, me ponga buena
Nunca creí a mis ojos capaces de tanto daño
Apoyo la taza tibia de café en mi pecho
hay que cosas deben quedar en el interior:
el estómago, los intestinos, el corazón
que laten fuera del toráx
son peces boqueando en la baldoza marrón de la panadería
Mudanzas bis
La Montaña es lo misterioso: lo profundo de la tierra que al vez es parte del cielo
Vivo en Buenos Aires, sumergida en el cemento, la voracidad, atravesada por campos magnéticos y ultrasonido. Sobreviví gracias al adoquín que tengo en el balcón, en el que me siento a escribir e intuir el cielo.
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